Durante años, millones de personas han confiado en técnicas populares de productividad como la Técnica Pomodoro, las interminables listas de tareas y una colección de aplicaciones de enfoque que prometen “arreglar” la procrastinación de una vez por todas.
Sin embargo, un nuevo análisis en el campo de la neurociencia sugiere que, mal utilizadas, estas herramientas pueden estar actuando como un analgésico momentáneo que alivia el malestar, pero deja intacta la verdadera causa del problema: una especie de “bacteria invisible” emocional y mental que sabotea nuestro impulso de acción desde el fondo.
En el video de arriba, el especialista explica por qué repetir las mismas rutinas de productividad sin comprender cómo funciona tu cerebro puede reforzar el hábito de postergar decisiones importantes, y qué pequeños ajustes diarios puedes hacer para reentrenar tu mente y recuperar el control de tu tiempo.